Aon plc (NYSE: AON), firma global en servicios profesionales, presenta un análisis sobre la importancia de las estrategias corporativas para fortalecer el bienestar de la fuerza laboral.
En un entorno donde las expectativas de los empleados evolucionan constantemente, atraer y retener talento en Colombia se ha convertido en un desafío clave, impulsando a las organizaciones a ajustar sus estrategias de bienestar para mantenerse competitivas. Según la Encuesta Global de Gestión de Riesgos (GRMS) de Aon, la dificultad para atraer y retener talento es uno de los riesgos más significativos a nivel global, afectando al 33.3% de las organizaciones. Este reto aumenta con nuevas regulaciones sobre transparencia salarial, que exigen que la información sobre compensaciones y salarios sea accesible y comprensible. A ello se suma la creciente preocupación por la asequibilidad de la atención médica y el impacto de la inteligencia artificial (IA) en el mercado laboral.
En Colombia, estos desafíos se intensifican, ya que los trabajadores más jóvenes priorizan el bienestar, la flexibilidad y el desarrollo profesional, mientras que otros luchan contra el agotamiento y demandan una compensación justa. Esta situación plantea un reto significativo para los líderes empresariales, quienes deben encontrar formas efectivas de abordar estas preocupaciones. De hecho, los empleados de entre 23 y 30 años constituyen el grupo con la mayor tasa de rotación en las organizaciones, representando el 62% del total, de acuerdo con una encuesta realizada por La Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip).
En este sentido, la Encuesta de Beneficios de Aon pone de relieve cómo las empresas colombianas están respondiendo a estas demandas. El 66% de las organizaciones en el país han adoptado modalidades de trabajo remoto y flexible, superando el promedio regional del 63.5%. Este dato refleja un creciente compromiso con el equilibrio entre la vida laboral y personal, un factor clave para atraer y retener talento. Además, el informe revela que el 71% de las empresas colombianas han implementado programas de bienestar, con un 62,7% de ellas llevándolos a cabo desde hace más de cinco años, lo que evidencia una sólida orientación hacia el bienestar integral de los empleados. En línea con esta tendencia, el 69.1% de las empresas ofrecen planes de salud y el 84.2% seguros de vida, destacando su compromiso con la salud integral y la seguridad financiera de sus colaboradores. Asimismo, el 69.1% proporciona beneficios orientados al desarrollo profesional y educativo.
“Las empresas deben adaptarse a estas nuevas expectativas si desean no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno laboral cada vez más competitivo. La inversión en habilidades y bienestar es crucial para mantener una fuerza laboral comprometida y productiva. Esto implica no solo ofrecer salarios competitivos, sino también crear un ambiente laboral que priorice el desarrollo personal y profesional de los empleados.” afirma Francisco Bravo, líder de Capital Humano para Hispanoamérica en Aon.
Para enfrentar estos desafíos y prepararse para los cambios que puedan presentarse en un futuro próximo, las empresas deben adoptar un enfoque proactivo y estratégico. Hay tres oportunidades clave que deben considerar:
- 1. Equilibrar gasto en salud y beneficios con valor para el empleado: Las organizaciones deben implementar estrategias basadas en el valor para mantener costos bajo control mientras ofrecen beneficios competitivos. Esto incluye orientar a los empleados hacia proveedores de alta calidad, utilizar análisis para mitigar costos innecesarios y fomentar el bienestar físico y emocional.
- 2. Abordar brechas salariales desde la contratación hasta la jubilación: Es fundamental realizar auditorías salariales para identificar desigualdades y desarrollar estrategias efectivas para cerrarlas. Esto implica centrarse en criterios basados en habilidades en lugar de títulos o criterios del mercado, así como establecer prácticas que aseguren la equidad salarial.
- 3. Gestionar competencias laborales para mantenerse a la vanguardia de nuevas tecnologías: Las empresas deben adoptar un marco de competencias laborales que les permita identificar carencias y preparar a su fuerza laboral ante la disrupción tecnológica. La inversión en capacitación continua y desarrollo de habilidades es esencial para aprovechar las oportunidades que presentan tecnologías como la inteligencia artificial.
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