En el dinámico mundo empresarial actual, la incorporación de los principios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) se destaca como un elemento crucial para desarrollar una cultura corporativa robusta y justa. La adopción de estos criterios no solo mejora la imagen de las empresas, sino que también las posiciona de manera favorable para atraer inversionistas y reducir riesgos legales y regulatorios.
Según el informe "Las empresas no cotizadas frente a los retos de la sostenibilidad" creado por LLYC, la integración de los principios ESG en las estrategias corporativas se presenta como un desafío clave para las empresas colombianas en 2024. Estos principios permiten evaluar el impacto ambiental de las actividades de la organización, gestionar aspectos sociales relacionados con empleados y comunidades, y mejorar la calidad de la gobernanza corporativa.
Los desafíos identificados para las empresas colombianas en 2024 incluyen:
Incorporar asuntos ESG en el gobierno y el modelo de negocio: Este desafío implica integrar los principios ESG en la toma de decisiones estratégicas y en la estructura misma del negocio, asegurando que las consideraciones ambientales, sociales y de gobernanza estén presentes en todas las operaciones y procesos de la empresa.
Contar con herramientas adecuadas para gestionar temas ESG: Las empresas necesitan disponer de herramientas y recursos que les permitan gestionar de manera eficiente y efectiva los aspectos relacionados con la sostenibilidad, como la recopilación y análisis de datos, la monitorización de impactos ambientales y sociales, y la evaluación de riesgos y oportunidades.
Proporcionar información rigurosa para cumplir con la normativa y las expectativas de las partes interesadas: Se requiere una comunicación transparente y precisa sobre las prácticas ESG de la empresa, tanto para cumplir con los requisitos regulatorios como para satisfacer las expectativas de los inversores, clientes, empleados y otros grupos de interés.
Gestionar de manera efectiva la cadena de suministro como una prioridad: Este desafío implica asegurar que los proveedores y socios comerciales de la empresa cumplan con estándares ambientales, sociales y éticos, y colaborar activamente con ellos para mejorar la sostenibilidad de toda la cadena de suministro.
Mantener la importancia de los temas ambientales: A pesar de otros cambios en la agenda empresarial, este desafío destaca la necesidad de continuar priorizando la gestión ambiental y la mitigación de impactos negativos en el medio ambiente, como la reducción de emisiones de carbono, la conservación de recursos naturales y la gestión de residuos.
Aumentar la dimensión social en las expectativas y su impacto en el negocio: Las empresas deben reconocer la creciente importancia de los aspectos sociales, como la igualdad de género, la diversidad, la equidad salarial y el bienestar de los empleados, y tomar medidas para abordar estas cuestiones de manera efectiva, tanto por razones éticas como comerciales.
Abordar la transformación hacia un nuevo paradigma en el contexto nacional y global: Este desafío implica adaptarse a un entorno empresarial en constante cambio, caracterizado por nuevas tendencias, regulaciones y expectativas de los stakeholders en relación con la sostenibilidad, lo que requiere una visión estratégica a largo plazo y una capacidad de adaptación ágil.
Relacionar la sostenibilidad con otros grandes temas de la agenda: Las empresas deben comprender y abordar las interconexiones entre la sostenibilidad y otros temas importantes, como la innovación, la inclusión, la digitalización, la resiliencia empresarial y la responsabilidad social corporativa, para desarrollar estrategias integrales que aborden los desafíos emergentes de manera efectiva.
El enfoque en aspectos sociales es particularmente relevante en la actualidad, dado que contribuyen significativamente al bienestar y la productividad de los colaboradores. La implementación de políticas que promuevan la equidad salarial, el bienestar, la diversidad, la equidad e inclusión (DEI), entre otros, no sólo es éticamente correcta, sino que también puede generar beneficios tangibles tanto para las organizaciones como para la sociedad en general.
"Desde nuestra perspectiva, vemos que las empresas colombianas tienen una gran oportunidad al frente y es desarrollar estrategias corporativas sólidas que estén arraigadas en la sostenibilidad. Este enfoque no sólo les va a ayudar a cumplir con las expectativas del presente, sino que también les permitirá construir un futuro más equitativo, inclusivo y sostenible para todos los implicados en nuestra sociedad." Afirmó Alejandra Aljure, Directora General de LLYC
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